Siempre me ha gustado mi nombre, cada vez que escuchaba un “Laura Camila” sentía mariposas en la panza. Aunque es un nombre demasiado común, nunca me he cruzado con otra persona que se llame así en mi vida.
A esta Laura Camila muy millenial le encanta los animales, podría decir que el amor hacia ellos ha sido mi medicina, algo así como “mis antidepresivos”. Toda mi vida he estado alrededor de animales y me han acompañado en mis momentos más felices, débiles, eufóricos y tristes
Por eso puedo decir con certeza que el olor de la boca de los cachorros, el olor a boñiga de vaca y caballo, los pollitos recién nacidos, el sonido de los búhos, los colores de los colibríes y la majestuosidad del oso andino me dan vida.
A los 8 años quise irme al cielo, no lo logré y a partir de ahí sin saberlo iba a ser “una loca” si, de esa locura azul, de la que no te dan ganas de hablar y sólo vivir en sueños. Era de esas niñas raras que amaban la soledad, o bueno, eso creía porque la compañía de los animales me daban paz y felicidad.
El 8 de agosto conocí mi gran salvadora, sin saber que seríamos para toda la vida nuestro gran amor, nos sumergimos en este viaje.
Era tan real el “estoy tan enamorada de la negra Tomasa”, que así se llamó, Tomasa. A partir de noviembre del 2012 fuimos equipo. Para todo lado estábamos juntas. Corrimos por parques, montañas, lagos y desiertos
Tomasa, se volvió mi inspiración, quería hacer todo en pro de ella, quería ser la mejor médica veterinaria para que siempre tuviera asegurado su bienestar. Lo que no sabíamos o no teníamos claro, era que en este dúo lleno de amor y ganas de salir adelante, nos acompañaba una sombra azul. Si, ese azul que no te quiere dejar vivir, que te quiere inundar el cuerpo y alma.
Pasamos por varias crisis, varios intentos de despedida, Pero ella, con su superpoder no me dejaba ir, sus ojos, suspiros y lamidos me traían de nuevo a este mundo.
Siempre pensé que vivir con una sombra azul, iba a oscurecer mi vida. Todo lo contrario, me hizo aferrarme a la naturaleza, los animales y el campo. Allí, nació un gran sueño, tener un espacio para perros, ¿dónde lo iba a lograr? ¿es casi imposible? ¿no soy lo suficientemente cuerda para tener un lugar así? ¿por qué creo que lo merezco? ¡nadie se va fijar en nuestro sueño!.
La más grande locura me hizo y me hace andar por una montaña rusa donde los animales no pueden faltar.
Soy Laura Camila, amante y apasionada de los animales, con el sueño de viralizar el bienestar animal y los animales como terapia en la distimia.
¿Me acompañas hacer de este lugar un espacio seguro para hablar de nuestra lucha viviendo con un diagnóstico y como se puede seguir adelante en compañía de los animales?
Bienvenidxs a mi diario ✨🩵
Muy lindas !
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